miércoles, 8 de julio de 2015

La temida prueba del azúcar...

 Ocho de la mañana y ya estamos en el hospital preparados para aguantar esa prueba "tan pesada". Primero, unos análisis de sangre, y después un zumito fresquito de naranja. Bueno, no os voy a mentir...de zumo nada. El primer sorbo sabe a las cantimploras de chuche que tomábamos cuando éramos pequeños, que había de todos los sabores. El segundo sorbo te revuelve toda la barriga y el bote entero ya ni os quiero contar. En cinco minutos el zumito de naranja tiene que estar en tu barriga para poder hacer análisis una hora exacta después. Una hora eterna en la que no puedes moverte, en la que tienes que intentar no vomitar para no tener que ir otro día y repetir la prueba, una hora con la boca reseca y el estómago centrifugando esa dosis de azúcar con sabor a naranja. 
Tras esa hora que dura años, otros análisis y por fin a casita. Sinceramente me la habían pintado peor de lo que es; aunque no os voy a mentir: el resto del día no pude moverme del sofá ni comer absolutamente nada del mal cuerpo que tenía. 
Y ahora... a esperar resultados. Si sale positiva, hay que repetir la prueba pero dicen que son más horas las que hay que esperar. Si es negativa, a olvidarse del dichoso zumo y a seguir tan contenta (confiemos en que sea lo segundo). 


Pero...¡Prueba superadaaa! Todos los análisis han salido bien! El bebé está genial y nos han dejado verle un poquito aunque no nos tocaba ecografía, y hemos podido ver durante unos segundos su carita ; le hemos pillado bailando sevillanas, como nos ha dicho la matrona. Qué ganas de verle ya!





Imagen: Agustina Guerrero

No hay comentarios:

Publicar un comentario