Hola chic@s! Siento haber estado tanto tiempo desaparecida pero la verdad es que desde que dí a luz (el día seis de octubre) no he parado quieta!
La verdad es que te faltan minutos al día para atender visitas, coger el ritmo de nuevo, cuidar al bebé, recoger la casa...y si sobra algo para descansar.
Gonzalo se adelantó dos días, y la verdad no fue un parto sencillo. Partimos de la base de que soy una mamá muy muy novata y no sabía como eran las contracciones, si las iba a notar, si iba a saber cuando estaba de parto...y efectivamente no lo supe.
El día 5 de octubre me desperté con muchos dolores, y mi suegra me acercó al hospital. Allí, me miraron, miraron al bebé, me pusieron casi tres horas en monitores... y aunque las contracciones eran seguidas, no eran las contracciones de parto ( y esas ya dolían). Me mandaron a casa con 1 cm de dilatación y me dijeron que nos veamos el día 8, q era el día que salía de cuentas.
Total, que llegué a casa pálida de dolores, con un dolor que aumentaba cada vez más, y contracciones (esto si eran contracciones) muy muy regulares. Soy de esas futuras mamás que no quieren ir al hospital 300 veces para que no la llamen pesada, y por mi cabezonería me tiré todo el día sin poder moverme del sofá y llorando de dolor.
A la una de la madrugada ya no podía más, y leí que con un baño de agua caliente los dolores se relajan. Así que me metí en la ducha...y me tuvo que sacar mi novio para llevarme a urgencias porque no podía con el dolor.
Cuando llegamos al hospital, me dijeron que cómo había aguantado tanto, que iba con 7cm de dilatación y que poco más y lo tengo por el camino.
Bueno pues, ahi no queda la cosa. Al ser de madrugada solo había dos anestesistas y estaban en cesáreas de urgencias y no sabia si iban a poder ponerme la epidural. Mientras tanto me dieron un gas para calmar el dolor que no calmaba nada, ni los nervios, ni el dolor, ni el miedo... Pero por fin entró un anestesista que me dijo: "normalmente tenemos 15 minutos para poner la epidural, pero te la tengo que poner en 5. No muevas ni un pelo de la cabeza." Y yo con una tiritera tremenda de los nervios, las piernas temblando, las contracciones...creia que no podía hacerlo pero si. Tenía tanto dolor que la epidural era lo que mas quería.
He de decir que estaba asustada por lo que me habían dicho: que dolía, que podías perder la movilidad...y ahora digo que ojalá me la hubieran puesto antes.
Total, que con epidural, dejé de dilatar, y ni la oxitocina ni otras cosas que me engancharon a la vía hacia que dilatase. Y así 12 horas.
A las 13 horas ya vinieron las matronas a decirme que como muy tarde en una hora había que sacar al bebé. Ya había dilatado y ahora solo quedaba la tarea final: empujar.
Después de tantas horas ahí tumbada, no tenia fuerzas ni para abrir los ojos, y aun así lo intenté; y el bebé también lo intentaba, pero venia con vuelta de cordón en el cuello y no podía salir porque se volvía a subir.
A las 14.30 ya no quedaba otra: había que sacar al bebé con ayuda... de fórceps. Y por fin salió Gonzalo.
No se explicar bien que sentí cuando le pusieron en mis brazos. Solo sé que estaba en las nubes, que no podía dejar de mirarle, de sonreír, que no sentía ningún dolor a pesar de tener a tres matronas asomadas a mis partes bajas con aguja e hilo y una luz gigante. No quería soltarle. Mi bebé.
Se que todo lo que pasé se me olvidó cuando le ví esa carita enana, esas manitas que me agarraban...es alucinante la verdad.